Patrick Melrose by Edward St. Aubyn

Patrick Melrose by Edward St. Aubyn

autor:Edward St. Aubyn
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2018-08-19T16:00:00+00:00


Eso era más o menos todo lo que Robert recordaba de sus primeros días de vida. Los recuerdos habían vuelto a él el mes pasado, cuando nació su hermano. No estaba seguro de que algunos comentarios no correspondieran al último mes, pero incluso en tal caso, le recordaban a cuando había estado en el hospital; por tanto, los recuerdos le pertenecían.

Robert estaba obsesionado con su pasado. Tenía cinco años. Cinco años, ya no era un bebé como Thomas. Sentía que sus primeros años se desintegraban y, entre los gritos de felicitación que jaleaban cada pequeño paso hacia la plena ciudadanía, oía también el murmullo de la pérdida. Algo había comenzado a suceder conforme el habla le dominó. Sus primeros recuerdos empezaron a desprenderse como lajas de los acantilados naranjas a su espalda y a romperse contra un mar arrollador que se limitaba a responderle con un destello cuando Robert intentaba ver lo que contenía. Su infancia estaba borrando sus primeros años de vida. Quería que se los devolvieran, porque si no Thomas se quedaría con todo.

Robert había dejado atrás a sus padres, a su hermanito y a Margaret, y avanzaba bamboleándose entre las rocas hacia las piedras que resonaban en la parte baja de la playa transportando en una mano un cubo de plástico raspado decorado con delfines saltarines. Los guijarros brillantes, que se apagaban mientras corría a enseñarlos, ya no le engañaban. Ahora buscaba los caramelos de cristal desgastado que se escondían bajo la fina capa de arena negra y dorada. Incluso secos, conservaban algo de brillo. Su padre le había explicado que el vidrio se fabricaba con arena, de modo que estaban regresando a sus orígenes.

Robert alcanzó la orilla. Dejó el cubo en una roca alta y partió a la caza de cristales erosionados por las olas. La espuma del mar le lamía los tobillos y, cuando se retiraba playa abajo, Robert escudriñaba la arena burbujeante. Para su sorpresa, encontró algo bajo la primera ola, no una de las cuentas verdes o blanquecinas, sino una gema amarilla, mucho más rara. La recogió de la arena, la lavó en la siguiente ola y la levantó a contraluz: tenía un riñoncito ámbar entre el índice y el pulgar. Miró a la parte alta de la playa para compartir su entusiasmo, pero sus padres estaban pendientes del bebé mientras que Margaret rebuscaba en una bolsa.

Desde que Margaret había vuelto la recordaba perfectamente. Le había cuidado cuando era bebé. Entonces era distinto porque era hijo único. A Margaret le gustaba decir que «hablaba de todo y sin parar», pero en realidad solo hablaba de sí misma. Su padre decía que Margaret era experta en «la teoría de las dietas». Robert no tenía claro lo que era, pero por lo visto engordaba muchísimo. Esta vez, para ahorrar, sus padres no pensaban contratar a una enfermera, pero cambiaron de opinión justo antes de salir para Francia. Y a punto estuvieron de volver a cambiar de opinión cuando la agencia les informó de que Margaret era la única disponible de forma inmediata.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.